Animación

Los carteles de animación son una de las categorías más populares, especialmente entre los niños. Los dibujos animados y los programas de animación desempeñan un papel importante en lLee mása educación de los niños y en la mayor parte de nuestra infancia. Son uno de los primeros amigos que adquirimos, personajes de los que aprendemos y a los que admiramos, así como una fuente casi inagotable de entretenimiento para cualquier niño. Los pósteres de animación pueden ser el adorno perfecto en el dormitorio, la zona de estudio o el espacio de juego de cualquier niño. Estos afables y simpáticos motivos pueden modificarse de acuerdo con su plan de diseño general y sus esquemas de color. Utiliza los pósters de animación para arreglar y revitalizar la habitación que hayas elegido para renovar. Hay mucho donde elegir.

El centro de los carteles de animación

Photowall siempre insiste en la variedad en cada categoría, sin importar el tema en particular. En los carteles de animación, hay un amplio abanico de personajes y figuras, con los motivos más destacados procedentes de Studio Ghibli, la casa de animación creada por Hayao Miyazaki e Isao Takahata en 1985. Está el Castillo en el cielo, de la película del mismo nombre, que tiene un aire extravagante y un toque de exotismo con sus letras japonesas. Sin embargo, los carteles de animación más conocidos y actuales vienen de la mano de estas dos películas, Mi vecino Totoro y La tumba de las luciérnagas. Mientras que la primera es brillante, tierna y optimista, la segunda es sombría y dura. Aunque el tono y el estilo de estas dos obras maestras de la animación son muy diferentes, tienen más en común de lo que parece. Ambas están contadas desde la perspectiva de niños pequeños, y ambas tratan sobre la turbulenta historia de Japón durante y después de la devastadora Segunda Guerra Mundial. Con carteles de animación como Mi vecino Totoro o La tumba de las luciérnagas, no sólo aportas una tremenda belleza a tu espacio, sino también nostalgia y un gran tema de conversación. Por no hablar de que tus créditos de friki y cinéfilo se dispararán.

Los Fab Four

Una de las bandas más grandes que el mundo ha visto, no sólo hizo discos pegadizos y significativos, sino que incluso incursionó en el género de las películas de animación. Los Beatles eran completamente frescos y diferentes cuando ganaron popularidad, especialmente en los Estados Unidos de América. Experimentaban constantemente y estaban a la vanguardia de las técnicas de grabación modernas, como reproducir una cinta al revés en la canción "Rain" para conseguir un efecto más interesante. Los Beatles también fueron prácticamente pioneros del vídeo musical con su televisado "Hello Goodbye". Aunque no inventaron el movimiento hippie, se convirtieron en sus símbolos e iconos. Puedes mostrar tu admiración por estas leyendas con carteles de animación como Yellow Submarine: The Beatles, una interpretación maravillosamente artística y caprichosa de su incursión en los dibujos animados. Esta pieza colorida y muy vibrante puede destacar en el área, ya sea ésta residencial, corporativa o recreativa.

Otros protagonistas de los carteles de animación

La mayoría de nosotros sabemos quién es Popeye, ya que se ha convertido en un elemento básico en casi todas las infancias. Aunque principalmente fue un personaje de cómic muy popular, es como estrella de dibujos animados en el cine como la mayoría de la gente lo conoce y recuerda. La primera aparición de Popeye en el cine fue en un dibujo animado de Betty Boop Paramount de 1933 llamado Popeye el Marino. Estos dibujos animados fueron tan populares que, en 1937, la ciudad de Crystal City (Texas) erigió una estatua oficial de "Popeye", lo que supuso la primera vez en la historia del mundo que una ciudad erigía una estatua en honor de un personaje de dibujos animados. Los carteles de animación rinden homenaje a esta figura icónica con piezas como Popeye el Marino, donde muestra su característica pipa y las espinacas que le dan energía. Los carteles de animación pueden ser un maravilloso recuerdo de su propia infancia, al tiempo que son la puerta de entrada para que sus hijos compartan sus añoranzas.
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