La historia tóxica del color verde

El verde es la combinación del amarillo y el azul. El color que más se relaciona con la naturaleza y el desarrollo sostenible irónicamente tiene una historia inquietante. En este artículo encontrará las razones relacionadas con la historia tóxica del verde.

La historia tóxica del color verde

El verde es uno de los colores más importantes porque siempre se relaciona con el medio ambiente. La palabra “verde” tiene la misma raíz germánica de la cual derivan en inglés “green”, “grass” y “grow” (verde, hierba y crecer, respectivamente). Es el color de las hojas vivas de las plantas que se debe al pigmento que contienen: la clorofila. Los fundamentos de Biología indican que la clorofila es el componente fundamental de las plantas, el cual les permite producir su propio alimento y oxígeno mediante un proceso llamado fotosíntesis. Por otro lado, en Psicología, el verde significa renovación, crecimiento, equilibrio, tranquilidad y armonía. Sin embargo, la verdad acerca del color es que no es responsable desde el punto de vista ecológico y puede ser perjudicial para el medio ambiente.

Fabricación del color verde

Se sabe que el color verde no es ecológico debido a la forma en que se ha hecho. Algunas revistas han demostrado que es imposible teñir los plásticos de color verde o incluso hacer una impresión con tinta verde sin contaminarlos. Esto significa que los plásticos y el papel de color verde no pueden reciclarse ni convertirse en abono porque podrían contaminar todo lo que encuentren a su paso. Debido a las dificultades que existen para fabricar el color, deben agregarse ciertos químicos tóxicos para estabilizarlo. Los químicos agregados son cloro, cobalto, titanio, óxido de níquel y óxido de zinc. Estos químicos pueden provocar cáncer y malformaciones congénitas.

El papel histórico del color verde

En la historia occidental del arte, los artistas lucharon para crear una mezcla del tono correcto de pintura verde. Cuando pensaban que habían hecho la mezcla correcta, el color se desvanecía o incluso se decoloraba con el tiempo. Además, las primeras pinturas verdes se consideran corrosivas, ya que tienden a quemarse en el lienzo, la madera o el papel. Los papeles pintados y las pinturas verdes durante el siglo XVIII y XIX se crearon con el venenoso arsénico. Algunos historiadores también creían que el venenoso verde de Scheele, que se inventó en Suecia en 1700, había matado a Napoleón Bonaparte en 1821. Esto se debe a la liberación de gases de arsénico del deteriorado papel pintado verde y dorado de su celda en Santa Helena.

En 1970, un grupo de activistas ambientales resucitó el uso del color y finalmente, usaron el verde como el color de su emblema. Esto se debió simplemente a la relación del color con la naturaleza.

El amor de los ecologistas por el verde

Se cree que la incorporación de este color en las actividades ambientales empezó en 1970, cuando un grupo de ecologistas canadienses usó un barco para realizar una campaña en contra de las pruebas nucleares en Alaska y lo llamó Greenpeace. Desde entonces, el verde se ha relacionado con todo lo que es ambiental. Por ejemplo, los productos que tienen un empaque verde hacen pensar que son respetuosos con el medio ambiente. Las fábricas mantienen este concepto y ha sido una estrategia para la asignación de marcas y la mercadotecnia.